Una web de información local de la CF Navarra publicaba hoy que Podemos se haría, según una encuesta a la que había tenido acceso el citado medio, con los 16 concejales, -todos-, del municipio del Valle de Egües, pueblo ubicado en la Cuenca de Pamplona. Esta noticia habría hecho, según la misma fuente, que el pánico se apoderara del resto de formaciones políticas que estarían negociando un posible frente antipodemos. Concluía la noticia con el tamaño de la muestra de la encuesta, 20 individuos.
Una inocentada claro, ese genero que parece que tan sólo pervive en la redacciones periodísticas. Sin embargo resume, a mi juicio, el fenómeno que se está generando entre Podemos y las encuestas:
1-Encuestas con muestras discutibles o directamente muy pequeñas.
2-Encuestas que anuncian cataclismos electorales y cambios mas grandes y profundos que los que anunció la encuesta anterior.
3-Encuestas que suscitan reacciones de los partidos tradicionales torpes o que refuerzan los mensajes de Podemos.
4-Encuestas que dejan en un segundo plano, más allá del espectáculo, la verdadera transformación social del fenómeno Podemos.
En el momento actual, como si estuviésemos todavía bajo el síndrome de abstinencia, el mono, de la burbuja inmobiliaria, buscamos burbujas por todas partes, y parece que la burbuja proyección electoral y Podemos le tiene enganchado a bastante gente que necesita que siga creciendo. Si o si. No pares sigue, sigue, que decía la canción. Al parecer queremos emociones fuertes, y sólo las sentimos subiendo la apuesta.
Hay un cambio histórico en marcha, y queremos ser parte, como sea.
Y en esa carrera nos está empezando a patinar el embrague. Me temo.
Empecemos por esos 20 individuos de la inocentada que con su opinión pronosticaban que Podemos se quedaba con TODO en el Valle de Egues, 1. encuestas con muestras discutibles, o directamente muy pequeñas. Pues algunos de los ejemplos que están recibiendo una atención política y mediática enorme no andan muy lejos de las cifras de la inocentada. Si analizamos la última que ha tenido una gran resonancia, la que ha publicado el Euskobarómetro, y hacemos la cuenta de la vieja nos sale lo siguiente:
600 encuestas para toda la CAV, si tenemos en cuenta que cada territorio histórico elige 25 diputados, no importando su número de habitantes, lo lógico, es que se hayan realizado 200 entrevistas personales[1] en cada una de los mismos. ¡Ah!, pequeño detalle, con esta muestra, 200, en Bizkaia, por ejemplo, el error muestral se dispara al 7%, enorme para una encuesta electoral en la que pequeñas alteraciones en votos suponen grandes cambios en escaños. Pero eso no es más que un pequeño problema, en realidad, el gran problema es que de esos 200 entrevistados en Bizkaia, por seguir con el mismo territorio, que hayan contestado con claridad a que formación política votarían si hoy se celebrasen elecciones, no habrán llegado a ser el 25%[2] del total. Es decir, 50 personas en el mejor de los casos. El resto es cocina. Según escriben en su nota desde la organización responsable del estudio, han sumado intención de voto más simpatía, y… voila, aparece el segundo de los elementos identificados, 2. cambios y cataclismos nuevos; Podemos le come la tostada a Bildu en Gipuzkoa, por ejemplo.
¡Ojo!, el mismo Euskobarómetro señala que: “la aplicación a los mismos datos de otros modelos podría dar lugar a estimaciones diferentes”. Estimaciones más aburridas, sin focos, ni titulares, sin espectáculo,…, sin más burbuja.
El tercero de los elementos que señala la inocentada es que ante la profecía todos 3. los demás partidos se agrupan contra Podemos. Esto es muy interesante, pues responde a un discurso que ha logrado implantar la nueva formación nacida en la complutense. Lo viejo y lo nuevo, la casta y Podemos, ellos y nosotros. Todos contra nosotros y nosotros contra el mundo.
Sin embargo e inexplicablemente, -por torpe-, los partidos si que reaccionan ante la encuesta del Euskobarómetro, con esa actitud de grupo de iguales. De clan. Tono de veterano del vestuario que tiene su sitio reservado y si el novato se sienta en su banco, o usa sus cosas, le va a dar una lección. Se refuerza así el discurso Robin Hood de Podemos.
Comparto lo que escribía Laura Mintegi al respecto,
“Me han parecido muy pobres la respuestas de los partidos ante los datos del Euskobarómetro. Las previsiones sobre Podemos exigen un análisis sintomatológico, y evaluar por qué se ha perdido el pulso con la calle. No es suficiente hablar de las deficiencias de la encuesta (que sí), ni de la intencionalidad de los encuestadores (muy probable), ni del tiempo que falta hasta las elecciones (que también). Tampoco es de recibo decir que Podemos no tiene un programa concreto y que cuando tengan poder harán lo mismo o parecido. Pobre, muy pobre.
¿Por qué no piensan en qué se han equivocado? ¿Por qué no reconocen que han desviado sus prioridades? Y lo más importante, ¿qué piensan hacer para convencer a sus votantes de que pueden seguir confiando en ellos, porque van a trabajar para solucionar sus problemas?
La ilusión que ha generado Podemos es del tipo de “a ver si estos pueden cambiar este desastre”, y a los partidos lo único que se les ocurre es echar la culpa al otro o decir que todavía quedan dos años. ¿Los problemas pueden esperar dos años? ¿O se refieren a que su problema vendrá dentro de dos años?
En fin, tal como lo veo, el “problema” que tienen los partidos con Podemos no se soluciona mirando a Podemos, sino mirando a la gente. esto es, la cuarta de las ideas de la inocentada. 4. La ciudadanía está cambiando.
La encuesta de Euskobarómetro para una estimación electoral manejaba una muestra demasiado pequeña, pero para tomar la temperatura, chuparse el dedo y sentir por donde viene el aíre, la muestra es suficiente. Cambia el universo, de territorio histórico a comunidad autónoma, cambia la muestra, de 200 a 600, cambia así su fiabilidad estadística. Si que sirve para mirar a la gente y ver como está: enfadada, preocupada, con miedo,…, con ganas de cambiar cosas.
Las encuestas si que están trasladando cambios reales.
Ahora bien, una vez que una encuesta llegué a predecir la mayoría absoluta de Podemos, como en la inocentada, ¿quién será el primero en pinchar la burbuja?, ¿y que papel adoptarán los medios?…, las encuestas están jugando a generar noticias y suplantar la realidad, construyendo escenarios que todavía no se han producido, pero que se están empezando a intentar construir desde los medios.
El altavoz otorgado a encuestas de todo tipo, discutibles técnicamente en muchos casos, proyectando mensajes que imaginan futuros resultados, tratando de captar la atención y seducir al público con el objetivo de generarle la necesidad de ‘comprar’, de ser parte de la historia con su voto, se está pasando de frenada. Hay ocasiones en las que el entusiasmo, la búsqueda de la audiencia, el síndrome de Estocolmo, la confusión de deseo, opinión e información, es tal, que se pierde el sentido de la realidad.
Cuando los medios amplifican en exceso las expectativas, terminan generando una imagen irreal de lo que está sucediendo, que supera con creces la realidad de lo que ocurrirá. Se produce así un peligroso ‘overpromise’, o promesas exageradas.
Prometer es fácil, indudablemente. Y si es sobre un tercero, más todavía, pero, hay que tener en cuenta lo caro que resulta prometer en exceso. Y lo peligroso que otros prometan por mi.
Que Podemos va a obtener unos magníficos resultados es una evidencia. Qué entiende cada uno por magnífico ya es otra cosa, y como se gestionan las sobreexpectativas creadas es otra.
Me genera curiosidad el ver quién es el primero que pincha la burbuja, y aún más curiosidad por saber que dice cada uno de los actores de este espectáculo.
Mientras tanto, el prestigio del sector de la investigación social y de mercados, no creo que se está reforzando, ni mucho menos, y el sujeto pasivo, Podemos, está jugando a la toma de Palacio de Invierno en noviembre, elecciones generales, cabalgando sobre las encuestas, pero no tengo claro si a este ritmo de burbuja el acorazado Aurora llegará a disparar[3.
————–
[1] De lo idóneo o no de encuestas preelectorales en el hogar, face to face, es un asunto que daría para mucho, si le metemos un poco de demagogia al tema, -ya que estamos-, un chaval de 20 años, con 4 pendientes en la cara, rastas y palestino al cuello preguntando a una señora en la puerta de la escalera por su simpatía hacía Rajoy o hacía Pablo Iglesias, pues como que algún sesgo ya incorpora el método.
[2] Este 25% se corresponde a la media de los últimos cuatro estudios electorales realizados por Gaia
(3] La señal para la toma del Palacio de Invierno fue una salva que lanzó el acorazado Aurora
Recent Comments